Nos hemos despedido de Caprica hasta septiembre. La verdad es que no me lo esperaba, son de esas noticias que te pasan inadvertidas, y cuando me enteré, me enteré tarde y me extraño muchísimo. Pero los caminos de la televisión son inexcrutables... Esperaremos, no nos queda otra. Y yo personalmente, esperaré con ganas, porque lo visto hasta la fecha me ha gustado mucho y creo que la serie se ha quedado en un punto súper interesante.
Aunque yo he ido viendo Battlestar Galactica al mismo tiempo que Caprica, sigo insistiendo en que obviamente se hacen referencias a la serie-madre, pero que cualquiera puede ver Caprica sin haber pasado antes por las "manos" de BSG. De hecho, aprovechando que está a puntito de estrenarse en España, voy a recomendársela a todos mis conocidos que ven series en versión doblada porque considero que vale la pena.
Han sido mayoría las cosas positivas de este primer tramo, y los puntos negativos más bien pocos. Como punto negativo más destacable: Amanda Graystone. No me gusta el personaje y no me gusta la actriz que le da vida. Y me alegré de lo que vi en el capítulo final, por estas razones, y porque soy cruel. Si un personaje no me gusta, quiero que desaparezca. De acuerdo que esto es ciencia ficción y que el hecho de que un personaje muera no quiere decir a lo mejor nada... pero bueno, yo me alegré.
De las dos tramas principales, prefiero la de los Graystones a la de los Adamas. La trama que lleva a Joseph Adama a vagar por el V-World en busca de Tamara, sus filtreos con las drogas, etc., es oscura, interesante y como toda la serie, con una ambientación estupenda, pero prefiero a Daniel Graystone, sus chanchullos empresariales, su laboratorio y su equipo de Pirámide. También prefiero a Eric Stoltz antes que a Esai Morales. Todo cuenta.
De caras al próximo tramo de temporada tengo deseos: más presencia de Sam Adama y de Barnabus Greele. El primero es una de las conexiones entre Graystone y Adama, a parte del atentado, y es un personaje misterioso, inquietante y que aunque al principio de la serie parecía que iba a tener mucho peso, ha ido desapareciendo poco a poco, quedando reservado sólo para breves apariciones esporádicas como sombra de su hermano y guardián de su sobrino William.
Barnabus es Spike. Cuando se supera el shock de ver a James Marsters cambiado por la edad (¡¿pero los vampiros envejecen?!), se puede una entregar a una interpretación genial de un líder terrorista y religioso como pudimos ver en el último capítulo: End of Line (título súper apropiado). Me gustó muchísimo verlo en ese papel, creo que lo hizo increíblemente bien y espero verle próximamente a la vuelta y como decía, con mucha más presencia.
El panorama que se nos presenta para el regreso es muy atractivo, porque hay muchos frentes abiertos destinados a entrelazarse. Por un lado, la tragedia personal de Graystone, que puede llevarle a tomar decisiones inesperadas; el Cylon-Zoe y todas las posibilidades que plantea; el hecho de que Adama sepa dónde está su hija, el contacto que tiene con el V-World y las cosas que podría intentar para volver a verla; Clarice, Barnabus y el S.T.O., con Lacy como nuevo miembro... Todo tiene que ver, y al mismo tiempo, todas son pequeñas tramas independientes con unos personajes muy atractivos.
No daba un duro por esta serie. De hecho, cuando tuvo lugar su preestreno, no le hice ni caso. Pero me animé con el piloto y me gustó. Lo primero que me llamó la atención, además de Eric Stoltz, fue la ambientación, la imagen, la fotografía, los escenarios... Pero poco a poco ha ido ganando puntos por muchos otros motivos. Fue la culpable de que entrase en el mundo Battlestar Galactica, del que aún no he salido porque estoy estancada con la 4a temporada (culpa de Buffy, esto es otro tema). En los próximos meses probablemente la olvidaré, pero cuando pase el verano, estoy segura de que la recibiré con muchas ganas.